El porqué de no adelantar las elecciones.

Las decisiones coherentes y sensatas se toman desde la tranquilidad y el sosiego. Las venganzas se sirven mejor frías. Aunque es cierto que cuando queremos realizar el cambio, cuando nuestros nervios se disponen a saltarse el raciocinio es justamente cuanto más alterados estamos, debemos ser conscientes de que a veces, es mejor esperar.

Esa es la razón neutral. Ahora la práctica.

El PSOE no puede replantearse realizar unas elecciones anticipadas por que sería un suicidio político. Es como decirle a alguien que te cae mal: Toma, coge esta pistola y pégate un tiro, a ver que pasa.

Podemos tener muchas ganas pero no es muy realista que digamos, ni tampoco sensato.

Debemos partir de un hecho, una verdad probabilística, claro, y es que la economía va a tender a mejorar. Zapatero ha hecho bien en anunciar sus medidas más perjudiciales a nivel electoral en el nudo de la crisis, aunque le va a costar caro no haber hecho las cosas antes.

Aunque aun existen voces que anuncian un final de la crisis en torno a 2020, gente notoria que le gusta ser anunciada y salir en los periódicos amarillos y, eventualmente, color salmón, no podemos pensar seriamente que todo va a ir a peor. Que existirán problemas claro, e incluso nuevos (ya empiezan a aparecer problemas, de forma visual al público, en las cajas).

Partiendo de ese hecho, se presentan dos disyuntivas:

  • Elecciones anticipadas. Abstención masiva de votantes de PSOE que no aprueban su gestión pero no están dispuestos a votar a otros. Trasvase a IU, UPyD y eventualmente al PP. El PP gana, si no por mayoría con capacidad de gobernar, apoyado por UPyD que se escorará a la derecha. La economía empieza a marchar durante los cuatro años de mandato, muchas medidas antipopulares ya han sido tomadas, propuestas de ampliación a los 67 años de jubilación se vende como una propuesta del mismo ZP. La economía va de cine, el PP vuelve a ganar las elecciones.
  • El PSOE sigue al frente. Para cuando se presenten las elecciones el PSOE no pierde tantos votos, la abstención y el trasvase no es tan doloroso, puede ganar el PP o gobernar el PSOE con apoyos a los que estamos todos acostumbrados. EL futuro es más incierto, pero más favorable políticamente.

En política se pueden tomar decisiones muy estúpidas en todo tipo de cuestiones. Pero en cuestiones políticas, los políticos son muy listos.

Preguntas

La trilogía del estado:

¿Qué pasaría si la gente votara si quiere reducir o ampliar el déficit público?

¿Qué pasaría si la gente votara si quiere ampliar o reducir el gasto público?

¿Qué pasaría si la gente votara si quiere ampliar o reducir los impuestos?

Easter-egg:

¿Qué pasaría si el gobierno le hablará directamente al pueblo y le dijera la situación en la que estamos?

Zapatero ha jugado a la confianza en un terreno en el que no confiaban ni en si mismo…

Ya sólo nos queda Moody’s.

Tras la rebaja de la calificación por parte de S&P de la deuda española, Fitch ha decidido sumarse al carro de la estabilidad puesta en duda, y rebaja la calificación de AAA a AA+.

La inestabilidad política se deja notar más allá de las fronteras y luego nos quejaremos de que los especuladores juegan con España.

La decisión obviamente no surge de un día para otro (quiero creer), y quizás sólo respete el hecho de que ya nos está consiguiendo encontrar financiación exterior, por lo que no podemos cualitativamente seguir estando representados con la misma categoría que los grandes países. Las ultimas noticias sobre el problema de las cajas podría haber puesto la puntilla a las escasas perspectivas de crecimiento y la expectativa en el aumento de la deuda pública.

No creo que Moody’s tarde mucho en sumarse a estas dos compañías.

La irresponsabilidad del parlamento; La política de hoy.

Cuando veo cosas como estas se me ponen los pelos como escarpias.

La irresponsabilidad de algunos partidos como la del Partido Popular no muestran más que una clara tendencia y sesgo hacía la búsqueda del poder por el poder, sin ningún tipo de criterio más que la hipocresía y la falta de respeto a la inteligencia y los ciudadanos.

Rajoy dudó, pero pronto se encontró con que lo que tenía que hacer era dejar de pensar, dejar de reflexionar sobre el futuro de España y hacer campaña desde el asiento y la palabra en el congreso, votando que NO a un recorte que se quedaría en pañales al que hubiera preparado de haber estado en el gobierno desde el principio, ¿No es eso hipócrita señores?

Las abstenciones poblaron un día de sentimientos contrastados. Por un lado la necesidad de aprobar las medidas ha sido insistida tanto por los miembros del congreso como por las autoridades internacionales. Por otro lado, hay partidos que por su propia ideología no pueden votar que sí a unos recortes que van en contra del bienestar social (aunque yo no estoy de acuerdo con eso).

Yo me hubiera abstenido, claro, pero jamás habría votado que NO. Las consecuencias de no haber sacado adelante las medidas hubieras estado lejos de replantearse desde la tranquilidad y el sosiego del café matutino.

La confianza en el euro crece, gracias a que los países que hemos causado la desconfianza inicial estamos reparando el daño causado, gracias a que todos estamos luchando juntos para no seguir cayendo en la espiral económica de una crisis de sistema. Pero a algunos partidos les da igual, y ya piensan sacar tajada vendiendo el tijeretazo como un invento del Psoe, un mal mayor del que hay que huir. Y señores, que lo diga Izquierda Unida, fíjense, me gusta. Pero que lo diga el PP es de un cínico que echa para atrás. Todo lo que habían ganado conmigo lo perdieron ayer, así de rápido se caen las expectativas en los partidos, así de rápido caen en las encuestas, y así de rápido piden elecciones anticipadas.

¿Estaba Marx equivocado?

Karl Marx fue y sigue siendo uno de los personajes que dan al pensamiento económico y filosófico otro giro más de tuerca.
En vez de quedarme con algunas de las ideas políticas, vilipendiadas hoy en día por una experiencia pasada de la que muchos prefieren recelar, paso directamente a la fuente de sus ideas, que son de hecho la fuente de una de las más feroces críticas hacía su propio pensamiento.

Marx era un economista que, lejos de lo que podíamos pensar, utilizaba bastante las matemáticas, para plasmar sus teoremas en una base de economía operativa/analítica.

A través de la misma, llegó a la conclusión de que el sistema capitalista, formado por las empresas, debía quedarse con un beneficio no redistribuido a sus trabajadores, que eran los que de verdad debían poseer ese beneficio, pues ellos lo habían “creado” a través de su esfuerzo.

Marx alude a que mientras existan estas empresas, por la competencia, los esfuerzos en la reinversión se harían cada vez mayores, obligando a las empresas a aumentar esta llamada plusvalía, dejando a los trabajadores cada vez más desamparados.

Esto llevaría consigo una polarización extrema de la sociedad, con unos pocos ricos y una gran cantidad de gente pobre que, una vez llegado el caso, y siguiendo con la llamada “lucha de clases” terminaría por imponerse al propio sistema.

La crítica surgida después termino por destruir la teoría, al observar como empíricamente las clases medias crecían cada vez más. Se alude que Marx vivió en los comienzos de la industrialización, época en la que si hubo un retroceso de las condiciones de vida, lo cual pudieron llevar a su equívoco. En general, por tanto, se da por descartada dicha teoría, ya que la sociedad en su conjunto ha crecido, y no se ha dado esa polarización.

Pero, ¿Estaba realmente equivocado?

Podemos enmarcar a Marx como uno de los economistas clásicos, que usaban aun técnicas rudimentarias de análisis económico. Aun así, el enfoque predominante de la época era el de la redistribución. ¿Cómo se redistribuyen los bienes en la economía? Así que Marx, como muchos otros, dejaron más de lado el aspecto temporal. Así, Marx no tuvo en cuenta el crecimiento económico que se derivaría de las propia generación de capital físico y humano. Pero esto no es algo que invalide aun más su teorema, sino algo que le da más valor.

Si aludimos al hecho de que es ese crecimiento intrínseco del sistema la variable que hacía aumentar las rentas y la clase media, podemos pensar que una vez que se acabe este crecimiento, o cuando se frene, la situación pasará a parecerse más a la descrita por Marx.

Las revoluciones mismas consiguen aumentar la productividad de una forma inimaginable, pero es cierto que los países avanzados crecen menos que los emergentes (cómo China, India o Brasil). Así que podríamos pensar que llegado el momento, las teorías de Marx vuelvan a encontrar su contexto y su validez.

Cuando ese momento llegue, el ser humano, el trabajador, ¿seguirá siendo un factor productivo más o se habrá convertido en el verdadero dueño de la cadena de montaje que es la economía?

El papel de los bancos centrales en la creación de burbujas económicas.

Ya que no tenemos un sistema puro y duro de libre mercado de fijación de tipos de interés, los diferentes bancos centrales deben asegurarse no cometer ciertos errores que nos lleven a la creación de burbujas.

Las burbujas siempre son diferentes sectores o areas económicas en la sque se ve un gran crecimiento en el valor de los activos, al principio por la creencia de una gran rentabilidad razonada, a la cual le sigue una consistencia en el mantenimiento de las expectativas de crecimiento del propio valor del activo. Se compran activos por que se piensa que van a seguir subiendo de valor, lo cual impulsa hacia arriba su valor.

Este aumento del valor es irracional visto desde fuera, pero racional visto desde dentro, es decir, para todos aquellos que invierten cegados por las expectativas, lo hacen realmente pensando que la inversión es buena y tiene futuro.

El hecho de que no haya un verdadero ajuste entre el valor del dinero hoy y la cesión del mismo hacía el futuro, mecanismo libremente adquirido en los mercados de capitales, crea una diferencial entre el valor del dinero con respecto al total de la economía. Es decir, en ciertos momentos del tiempo, el tipo de interés es más bajo del que debería ser. Eso hace que no tenga ningún interés ahorrar, sino que la rentabilidad se obtiene de forma mucho más lucrativa invirtiendo en esos bienes que de primeras nos parecen sensatamente alcistas.

Si las autoridades siempre van un paso por detrás de la realidad económica, para cuando los bancos centrales vayan a subir los tipos de interés para frenar las tendencias alcistas, toda la burbuja creada se viene abajo, cuando es tan grande que las amplias variaciones de los tipos de cambios frenan de golpe las posibilidades de inversión, las expectativas de expansión económica y por ende la visión cegada sobre los precios.

Ahora bien, el problema es la creencia de que toda estructura de mercado es homogénea. Tratar a los precios como una estructura homogénea, o al capital, es una irresponsabilidad. Subir los tipos de interés cuando la inflación comienza a dispararse está bien, pero es posible que ya existan sectores donde la inflación haya sido desmesurada, y el control deba ser otro distinto.

En un mundo cada vez más globalizado podemos, equiovacádamente, pensar que un pequeño sector no tiene ninguna influencia en el conjunto de la economía, pero es como pensar que quitar una sola carta de un castillo gigante de naipes no va a tener consecuencias.

Desde el mercado bursátil, las empresas tecnológicas o el mercado inmobiliaria, hasta los mercados de materias primas o las energías renovables en el futuro, es posible que se vayan creando nuevas y ciertas burbujas, a veces muy difícilmente visibles.

Sin embargo, a parte de que los tipos de interés son una mala política para estas burbujas, y muchas veces los focos de su creación y explosión. ¿Qué otras medidas económicas podemos acometer para frenar las burbujas antes de que exploten?

Los incentivos fiscales son muy escurridizos, la intervención pública, a veces mal aplicada, puede llevar a un bajón de la credibilidad que rompa definitivamente con la burbuja. Debemos recordar que la explosión de una burbuja recae en su máximo esplendor cuando los agentes son conscientes de que era una burbuja. Es cuando todos intentan vender antes de quedarse solos en el mercado y los precios bajan.

¿Cómo resolver y frenar las burbujas, cómo drenarlas, sin que se entere la economía, de forma específica, concisa, creíble y general?

España al nivel de Kazajstán.

Esta noticia me ha resultado curiosa, y me parece necesario un pequeño comentario a la misma.

Cuando uno lee cosas así puede venírsele a la cabeza que España está al nivel mismo de Kazajstán (¡o incluso por debajo!), pero las cosas no son tan sencillas.

A parte de que hacer informes en momentos puntuales y de crisis puede llevar a engaño, hay que tener en perspectiva que las oportunidades de negocio no se basan en lo avanzado de un país.

El primer puesto se de Singapur. Y para ver a Italia hay que bajar al puesto 78, y Grecia en el 109.

Pero como en todo, los datos bases no son la razón de la noticia. Es la caída, de once puestos nada menos, la que nos lleva al susto. Los países más empobrecidos empiezan a tirar fuerte, y es que desde hace unos buenos años, algunos han comenzado a despuntar tanto que la economía parece que ha vuelto al regresar hacía una convergencia más “notificada”.

España aun no tiene futuro. No lo tiene definido. No somos buenos exportadores, y con forma otros países han ganado en estabilidad política y económica, sus playas y su cultura ha vuelto a despertar a los turistas y a incentivar sus visitas. La competencia turística se vuelve cada vez más agresiva.

Nuestra papel como país depende del todo en la UE, y en la misma somos un mingote. Nuestra representación no es comparable a la de otros países como Francia o Alemania, la imagen exterior por tanto, que sólo podría basarse en la estabilidad y en alguna especialidad económica, se ve mermada por nuestro l rededor, que nos supera.

España necesita urgentemente buscar por donde puede tirar, y activar una serie de reformas que la devuelva a la senda de convergencia europea que de forma silenciosa hemos ido perdiendo desde hace un año. Pues si nos separamos de lo único que tenemos, la única previsión que podemos hacer es una caída generalizada de los índices de confianza, exterior, y por tanto, dejaremos de ser una opción frente al inversor.

Análisis del primer trimestre de 2010.

Aun con cierta tardanza, la información económica que podemos obtener de los cuadros macroeconómicos sobre las cuentas nacionales nos dan una perspectiva general de cómo se encuentra el país, lo síntomas que sigue teniendo y el motor que puede impulsar el crecimiento y la recuperación.

No quiero ser muy exhaustivo, básicamente porque no conseguiría nada con ello, así que daré una óptica muy general de la evolución económica centrándome en este nuevo dato, que, como resumen general, podemos tildar de positivo pero tardío.

Primero: Un gráfico sobre la evolución del PIB, tal cual.


Como vemos, llegados ya al fondo de la crisis, y comenzando una cierta recuperación (en términos intertrimestrales) nos encontramos produciendo al mismo nivel que a mediados de 2006. El problema no es sólo el retroceso de tres años y medio que hemos tenido, sino que la senda de recuperación y el ritmo de crecimiento no van a seguir siendo los mismos hasta dentro de unos años.

Podemos echar un vistazo al comportamiento.

Desagregado entre el efecto interior (consumo, inversión y gasto público), y exterior (exportaciones e importaciones)


Aquí podemos ver la evolución a través del crecimiento interanual (es decir, el crecimiento del primer trimestre de 2010 con respecto al primero de 2009).

Lo primero que vemos es que sí, seguimos con tasas negativas. Si bien hemos comenzado crecer más que el trimestre anterior, aun no hemos conseguido hacerlo respecto al año anterior, si bien el ansiado dato positivo está a la vuelta de la esquina, y la senda creciente está bien definida.

Desglosando, vemos como la demanda nacional ha caído mucho más que el PIB, y que ha sido gracias a la demanda exterior el que no tomáramos cifras tan negativas. En particular, el bajón en el consumo nos hizo importar mucho menos lo cual nos ayudo a mejorar nuestro comportamiento frente al exterior, que ya está empezado a decaer. Una vez que comienza la recuperación en el consumo, volvemos a importar del exterior, y si bien gracias a un comportamiento europeo más rápido, hemos conseguido exportar un 8% más, el efecto creciente de nuestras necesidades de bienes exterior comienza a lastrar el efecto positivo.

Por otra parte, el consumo.

Siguiendo una tendencia claramente similar al PIB, el consumo esta en sintonía con la renta, y las perspectivas de crecimiento y seguridad. El hecho de mantener dudas sobre si seguirás en tu puesto de trabajo, la necesidad de ahorrar por imprevistos, una prevista subida de impuestos futura, etc, hace que ahorremos más y dejemos el consumo para lo más básico. Así que la recuperación del consumo es un buen síntoma, en tanto en cuanto la gente comienza a retomar unos hábitos de normalidad.

En cuanto a las administraciones públicas, podemos ver una gran participación del gasto público al comienzo de la crisis. El crecimiento por tanto se ha ido reduciendo, pero en base a una gran participación inicial. De hecho, el gran déficit acumulado es ahora el problema clave español, además de la tasa de paro, cifras que sobre todo nos arrastran en el corto plazo a tener que dar más intereses para recibir financiación exterior.

En cuanto a la inversión.

Podemos ver una clara primacía en la caída por parte de los bienes de equipo. Esta rúbrica de la inversión nos informa de aquella que  se basa en capital productivo, es decir, en futuros producciones. Unas perspectivas muy negativas del crecimiento económico hacen caer de forma determinante las inversiones productivas de las empresas. Una recuperación, que es además mucho más rápida que el resto de inversiones, nos informa de unas perspectivas más alejadas del negativo horizonte que se nos venía en 2008.

En cambio, es significativo el comportamiento de la inversión en construcción. Había caído mucho menos, lo cual nos podía hacer pensar que tendría un comportamiento más estable, sn embargo, el problema de la construcción es que su ajuste se está realizando de forma muy, muy lenta. Así, mientras las diferentes inversiones comienzan a recuperarse, la construcción sigue cayendo un 10%, y seguirá así, pues no hay tampoco indicios de una recuperación a corto plazo.

El apoyo por parte del gobierno quizás ha podido tener que ver, promoviendo la realización de nuevas infraestructuras que por una lado dieran empleo y por otro no hicieran caer tan de golpe al sector.

Cabe destacar la evolución por sectores.

Hay tres áreas que se han mantenido más estables, Los servicios, apoyados por los servicios del sector público, el sector agrario, que se mantiene estable por que no depende mucho del ciclo económico, y la construcción, que como hemos explicado antes tiene una gran caída estabilizada.

Por otro lado el sector energético y la industria, puramente cíclicos son los que muestran más el comportamiento de la crisis. La energía ha conseguido repuntar crecimiento positivo, y la industria, junto al resto del comportamiento económico, retomará la senda del crecimiento en el siguiente trimestre lo más seguro.

Lo cierto es que los datos no vislumbran nada que no pudiéramos haber previsto de ante mano. La crisis ha retomado una senda alcista que retomará datos positivos en breve, si bien lo importante ahora es consolidar tanto la credibilidad y la confianza, tanto para que la mejora en el consumo y la inversión sigan creciendo, ya que no nos basta con datos positivos, sino con los datos que muestren una consolidada muestra de recuperación para los desequilibrios económicos, es decir, el desempleo, la inflación y el déficit público.

No podemos hablar de una  verdadera recuperación hasta que la economía se dirija sola hacía el futuro, comienza a absorber empleo y a mejorar los datos de superávit exterior y fiscal. Falta mucho, se hará lentamente, y aunque no podemos saber realmente cuando ocurrirá, podemos saber que vamos en la senda oportuna.

Japón. La década perdida, evolución y crisis actual.

Hemos realizado un pequeño trabajo académico sobre Japón. Es muy sencillo, gráfico y brevemente explicativo de la crisis de los años 90 y de la crisis actual. Faltan algunos datos y corregir algunas erratas, así que podemos llamarlo Japón V.1.0  AHora que esta de moda llamarlo a todo «beta» xD.

Les dejo con el resumen y el enlace para descargar el pequeño trabajo. Un saludo.

JAPÓN

Crisis años 90 (década perdida)

La crisis que sufrió Japón en los años noventa tiene ciertas similitudes con la actual crisis mundial de ahí que muchos vean al país nipón como un ejemplo de los problemas que podrían persistir si no se toman las medidas adecuadas.

Tras una época expansiva se formó una burbuja en el sector inmobiliario y bursátil que se pinchó tras la subida de tipos de interés motivada por el riesgo inflacionista que empezaba a vislumbrarse en el horizonte económico.

La rigidez tanto del mercado de trabajo como, de forma destacada, del sector bancario fuertemente endeudado con respecto a las empresas privadas, provocó que se ocasionara la recesión económica que afectó duramente, durante la denominada década perdida.

El gobierno, que también controlaba el banco central, tardó bastante en darse cuenta de la situación en la que se encontraba el país, sin embargo bajaron los tipos de interés y acometieron un gran número de medidas fiscales que intentaban aumentar o inducir que la demanda agregada volviera a la senda expansiva, además de intentar mantener estable el tipo de cambio o verse tan afectados por una senda de apreciación del yen con respecto al dólar para no perder competitividad exterior.

Esto hizo que en torno a 1996 el gobierno pensara que ya había pasado la crisis (por un aumento en las tasas de crecimiento) y le llevara a acometer políticas restrictivas que estancaron aún más un país que realmente no había dejado atrás el problema estructural, que ya muchos autores habían apuntado, como era un sistema financiero muy rígido y una gran intervención pública en el sistema.

Fomentado además por la crisis asiática de 1997 Japón volvió a tasas de crecimiento negativas y a padecer del problema deflacionista que le acompañaría hasta 2006. El banco central con tipos de interés cercanos al 0% había metido a la economía en la trampa de la liquidez aunque esto es discutido por algunos autores que destacaban la ineficacia de las políticas fiscales que aumentaban continuamente la deuda pública.

No sería hasta el periodo 2002-2003 cuando después de la crisis tecnológica se realizaran ciertas reformas de estilo liberal que comenzaron a beneficiar al sistema permitiendo una privatización de ciertas corporaciones, la reducción del gasto público, la reducción de impuestos a las empresas y ciertos planes locales que consiguieron poco a poco solventar los problemas acumulados y dejar a Japón dispuesto a retornar a las senda de crecimiento.

Crisis actual

Aunque Japón había resuelto bastantes de sus problemas estructurales seguía teniendo una alta dependencia al exterior.

Esto hizo que cuando surgió la crisis mundial actual la economía nipona se viera afectada tanto vía exportaciones como por el consumo que volvió a demostrar su tendencia al estancamiento (no hay que olvidar que el consumo en Japón supone el 70% del total del producto interior bruto).

Así, la crisis comenzó a principios de 2008, teniendo su mínimo crecimiento a principios de 2009. La evolución coyuntural de la crisis japonesa no se diferencia mucho con respecto al resto de economías occidentales; de hecho, la recuperación está muy motivada por el retorno de la confianza y del aumento de la demanda de Estados Unidos.

La gran diferencia con el resto de las economías, es que no solo la recesión ha producido un descenso en la inflación sino que de nuevo se ha vuelto a producir el problema de la deflación que mantiene los ecos de unos problemas estructurales que siguen sin haberse resuelto del todo.

Con respecto al tipo de cambio, ya se venían pronosticando que iba a tener una tendencia apreciatoria por tres motivos, el superávit comercial, las perspectivas de mejora y la crisis internacional, sin embargo, tanto en el comienzo de la crisis como en su periodo de máximo auge vemos cierta depreciación.

Los sectores más afectados en la crisis actual fueron tanto el automovilístico como el industrial debido a la caída de la demanda tanto exterior como interior debido al incremento del paro, que llegó hasta el 5,7 %.

Las medidas acometidas para solucionar la crisis se basan en estímulos fiscales que parten del gobierno en un intento de incrementar la demanda. Volvemos de nuevo a las mismas políticas llevadas a cabo en la crisis anterior con la diferencia de que esta vez fueron adoptadas mucho más rápido de forma que la confianza de los agentes no se vio tan mermada. Un sistema financiero más sólido ayudó a difundir de forma más eficientes estas medidas.

Con respecto a las perspectivas, no queda muy claro si se ha conseguido erradicar los problemas estructurales o si simplemente estos han sido ocultados a corto plazo. De hecho algunos autores destacan que todavía se debe incidir mucho más en los cambios estructurales para que Japón pueda tener una verdadera recuperación y seguir siendo la segunda potencia económica mundial a largo plazo.

Desde aquí podrás descargar el trabajo: «Crisis de Japon»

Narrativa económica: El señor Noel (6º parte)

Partiendo de la 5º parte: Sociedad.

El reparto de regalos (The  Possimpible)

Este es uno de los caminos más espinosos. Por un lado, la tradición afirma que es Papa Noel de hecho el que realiza el reparto de regalos, por medio de un trineo de renos que cargan con una bolsa cargada con todos los regalos.

Contando que tiene que entrar en cada casa, dejar los regalos, comerse la leche con galletas que la gente le deja en la repisa o en la mesa y salir, todo ello si es posible a través de la chimenea, y que lo hace en una sola noche, tenemos una serie de restricciones difícilmente explicables, conformando un misterio difícilmente explicable.

Primero, lucharemos contra el tiempo.

Partiendo de la base física de que no se puede ir más rápido que la luz, y que un hombre ni siquiera podría intentarlo, por la vía de la física o la velocidad pura no podemos llegar a ningún sitio. Es físicamente imposible que un solo hombre entre en cada casa. Es por tanto necesario, que existan varios y diversos hombres que entren en las casas repartiendo los regalos.

La única posibilidad de que sea aun así Papa Noel el que realice el acto, sea que lo coordine todo.

Ya sabemos que es el gerente de la fabrica, no hay que imaginar mucho más si lo queremos poner de director de tráfico noelistico. Esto puede parecer que le resta importancia al propio Papa Noel, pero ni distaría mucho de la verdad, pues la realización de la coordinación central de todos y cada uno de los miles y simultáneos Papa Noeles debe ser un trabajo arduo y difícil.

Son de hecho, los mismos que se ven en centros comerciales, calles y fiestas. Que se desplazan por la ciudad para descubrirla y alcanzar un conocimiento mínimo que les permita realizar la tarea. Son los mismos que se suben a las personas al regazo para preguntar qué es lo que quieren, para poder optimizar el trabajo el día en que le toque. La información es poder, y la diversificación también.

Eso haría posible también que una sola bolsa contenga los regalos, ya que sólo serian los regalos destinados a cada zona y por cada Papa Noel.

Ahora bien, los renos voladores deben aludirse a la cierta magia que deben poseer los elfos. Y el hecho de poder entrar en las casas debemos dejarlo de manos de un conocimientos bastísimo en el campo de la física quántica, de forma que se permita a gran escala comportamientos físicos imposibles para nuestro entendimiento, como es el atravesar paredes.