El sistema de financiación del estado.

Hoy leía en eleconomista las expectativas de un cambio en el sistema de financiación que aportaría mayores ingresos del estado central a los municipios (que ahora tienen un 70% de los ingresos de forma propia).

El caso es que, si bien estoy de acuerdo en una redistribución tal que permita un mayor acercamiento a las necesidades y preferencias (y rapidez en ambas) de los ciudadanos, creo que hay que tener cuidado sobre los problemas derivados en la perdida del control de un dinero que, de forma agregada, nos produce problemas a nivel agregado.

Lo hemos visto en esta crisis, en donde el gobierno prefirió distribuir el dinero para la realización de planes de construcción por parte de los ayuntamientos, que han terminado siendo un “ahora o nunca” para los trabajos menos productivos, ejemplos los sabemos todos.

No creo que en un contexto expansivo esto se fuera a notar, pero cuando sobrevienen los problemas el estado puede quedarse sin los recursos necesarios (a veces porque no quiere) de administrar el curso de la crisis.

No sólo por  unos ingresos menores que van destinados a no se sabe donde, sino también en unos gastos que tampoco se corresponden con el plan nacional, como en el caso de las comunidades que no de las ayudas a la dependencia o las que no utilizaban las ayudas par ala compra de coches.

Ningún extremo es bueno, y creo que cada comunidad debe tener su propia gestión, pues la ideología única no es ningún bien de futuro, pero también se necesita un control. Y no perderlo.

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