Partiendo de la 4º parte: La fábrica de regalos.
Sociedad (Un recorrido por el polo norte)
En primer lugar, debemos entender que tipo de sociedad es aquella que nutre a una fabrica de los elementos necesarios para crear regalos que en el futuro serán expedidos hacia otras sociedades urbanas.
Por lógica, cualquier ser racional preferirá tener más a tener menos, y cualquier duende en un ser vivo racional, por lo que, la única opción para desechar las materias primas es que les sobran.
Una sociedad a la que le sobran las materias primas es una sociedad autosuficiente y con un bienestar alcanzable superior al posible.
En primer lugar, la viabilidad debe ser total, por lo que no será una sociedad dependiente de recursos no renovables o limitados como en los que nos basamos actualmente las sociedades industriales. Toda la energía utilizada debe provenir de procedimientos renovables y no perjudiciales a su medioambiente. Seguramente el sol, como estructura ajena al sistema planetaria que dota de energía al sistema, considerado abierto.
Los sistemas deben ser tecnológicamente muy avanzados para conseguir una recolección energética suficientemente holgada para los procedimientos económicos gracias al Sol. La revolución industrial debió ser muy anterior a la nuestra, y el momento en que consiguieron tornar la evolución mecanicista contranatural gracias a la propia tecnología, por lo menos unos cuantos años antes de la existencia de Papa Noel.
Pero en el principio de los tiempos, la sociedad no pudo ser muy diferente a nuestra, si excluimos obviamente la condición de duendes que sustentan sus individuos, y que nosotros somos más altos. Probablemente esta condición de pequeños enanos los condicionó de manera extrema a comenzar mucho antes a estudiar y aprender sobre la propia agricultura. Nosotros podíamos recoger frutos de los árboles cuando ellos, por más bípedos que fueran, debían contentarse con otros elementos.
Quizás ese comienzo inicial más temprano condicionó el hecho de que su evolución fuese mucho más temprana a la nuestra, pero debió seguir tendencias similares.
En algún punto, su agricultura dejó de ser autosuficiente y gracias al sol comenzarían a obtener excedente. Podían tener la mitad de duendes trabajando en los campos mientras la otra mitad (que se alimentaba de los alimentos de los primeros) proporcionaban otro tipo de bienes de tipo artesanal o manufacturero.
Tras muchos años, la evolución de estos artesanos desembocaría en una serie de inventos capaces de revolucionar la propia industrial, tales como la invención de algún tipo de maquina que les ayudara en sus procedimientos económicos (como aquí la maquina de vapor).
Ahora bien, para que la economía siguiera evolucionando necesitaban nutrirse de elementos comunes que mejoraran el desarrollo del conjunto del sistema económico. La sociedad estaría sustentada sobre algún tipo de mandato, ya sea una democracia o un dictador o autocracia, lo cierto es que, si seguimos la teoría de maximización del bienestar, los demócratas intentaran mantenerse en el poder para lo cual deberán mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la sociedad, y el dictador intentará maximizar sus ingresos despóticos de manera perpetua, por lo que no asfixiará el conjunto de la sociedad sino que intentará mejorarla para obtener mayores beneficios futuros. De todas formas, suponemos que con el paso de los años los vínculos formales e informales y el marco institucional hicieron que la democracia superinclusiva (aquella que integra incluso a las minorías) se hiciera efectiva.
Se creará cierto capital social o capital público, que mejoraran las relaciones de los propios duendes con el desarrollo económico y no olvidaran a la naturaleza.
Finalmente, alcanzarían un estado del bienestar donde la producción de los duendes, gracias a la revolución ecológica, fuera superior a la que ellos mismos necesitaran, y donde el estado les brindara, de forma medio centralizada, los bienes públicos necesarios para la correcta supervivencia mientras el mercado asignaba y orientaba los bienes entre los duendes según sus preferencias.
Sólo una situación idílica, donde no haya problemas, sería compatible con el hecho de desechar materiales de su propia sociedad. Ahora bien, existe un problema. Poco a poco tendrían que estar quedándose sin materiales. Ellos cogen sus materias primas, las convierten en regalos y las echan fuera del sistema. ¿Como es posible que siga habiendo materias primas?
Puede parecer curioso, pero ¿Es posible que tenga relación el hecho de que no se agoten las materias primas con la fecha en la que Papa Noel reparte los regalos? ¿Por qué decidió hacerlo el 24 de diciembre, y no el 4 de junio, donde estaría más calentito?
La respuesta está en el sol.
La única energía que viene de forma externa al planeta es el sol, y por tanto la única manera de “crear” materia es a partir de nueva energía, y esta sólo puede provenir del sol.
La noche más larga del año se encuentra en torno al 21 de diciembre, por lo que, para aprovechar el sol y la energía solar, que de alguna forma mágica se transformaría en materias primas con las que hacer os regalos, el proceso productivo parará únicamente el día en que menos energía podrían recoger, es decir, el día 21 de diciembre. Ya que, suponiendo que el sol otorga un tipo de energía no almacenable, es mejor desperdiciar un día de escasa producción a uno como en pleno julio donde los días serán más largos y la fabrica trabajará a toda maquina.
Así pues, el día 21 toda actividad productiva parará, los duendes realizaran el inventario y todo se organizará de forma total para que en los tres días siguientes Papa Noel y sus duendes ayudantes comiencen las preparaciones para el viaje y el reparto de regalos.