Como interpretar la prensa económica y financiera – Proyecto BitBlio (VIII)

–       Como interpretar la prensa económica y financiera (Josep Faus Pascuchi y Ahmad Rahnema)

Hace un año me entraron unas ganas increíbles de profundizar aun más en el estudio de los datos coyunturales, de la prensa diaria. En particular porque se pueden sacar muchas cosas si sabes mirar donde tienes que hacerlo.

El verano pasado en cambio no encontré nada que mereciera la pena.

Este libro ladea bastante hacia el lado financiero, más que el económico que es el que yo verdaderamente quería estudiar. Sólo le dedica un capitulo al final, demasiado básico. Mi alegría cuando lo llevaba a casa desde la biblioteca se vio algo frustrada pero el libro cumple su propósito, y es muy recomendable.

La parte financiera está muy bien para alguien que quiera entrar dentro de ese mundillo. Casi una lectura obligada (si no este libro, uno igual) para un primero de carrera de económicas.

En el índice podemos ver todos los temas a tratar: Mercados financieros, tipos de interés, mercado de divisa, renta fija, variable (bolsa) y fondos de inversión.

Hay algún que otro ejemplo (aunque se echa de menos alguno más para los legos que quieran entenderlo al 100%). Bastantes imágenes ilustrativas (de tablas informativas), y sólo tiene 240 páginas por lo que se lee en una sentada.

A todo el que quiera saber de este mundillo financiero y no sepa por donde, aquí tiene un libro con el que practicar todos los días leyendo el periódico.

Índice del proyecto BitBlio

¿Hasta cuando seguiremos mareando la perdiz con el sector de la vivienda?

Ya estamos oyendo los ecos de los que auguran el aumento de los precios en la vivienda para 2011 y la situación no podría ser más peligrosa.

La situación en la que estamos es de estancamiento total. Ya no existen los cuantiosos proyectos de urbanizaciones monstruosas, ni la (a veces) esperpéntica imagen de las cientos de grúas en el horizonte urbano. El problema es real y así se propaga tanto por el plano económico como en el empleo. El sector de la construcción se mantiene estancado en un decrecimiento continuado del 10%, y sabemos que hasta que no se recupere, la economía no tendrá un verdadero atisbo de mejora. Ese es el presente.
En cualquier mercado hay dos cosas claves, el precio y la cantidad. A veces creemos que es más “real” la parte más vistosa, la cantidad, y el precio lo dejamos en manos de los mercados financieros como si de una entidad virtual se tratase. El precio no es más que el número que informa de cuantas horas de trabajo son necesarias para comprar el bien. No es más que un cociente.
Cuando el sector de la construcción mejore, significará que existe una demanda cada vez mayor de viviendas, y eso impulsará el precio hacía arriba, (o no bajará tanto y se estancará). Por ello, podemos pensar que cuando la situación se recupere, el precio subirá. Pero no al revés. Que suba el precio no significa que la cosa esté mejor, si está subida sigue siendo por las fuerzas de un mercado especulativo que sigue potenciando una burbuja que no nos deja ver el plano real de la economía.
Que ahora digan que el precio en 2011 va a subir alicienta a los mercados especulativos a subir el precio. Puesto que los vendedores se verán más respaldados a la hora de decidir un precio al alza y los demandantes son más proclives a comprar.
¿Problema? Pues el de siempre. Los pisos no han bajado lo que tenían que bajar, el problema real sigue existiendo. La gente no puede comprarse una vivienda sin hipotecarse de por vida, el endeudamiento seguirá martirizándonos, y los de siempre seguirán ganando millonadas (que es lo que quieren, claro).
¿Problema? Pues que sin el ajuste apropiado, el sector de la construcción se verá abocado a un estancamiento más duradero. Dejando a la economía en peor lugar durante mucho más tiempo.
El objetivo está claro. Se intenta que todo vuelva a la normalidad, a antes de la crisis, años 2005/2006. La economía funcionaba sin problemas (aparentes) y se preguntan, ¿Por qué no podemos volver atrás? Sin darse cuenta de que la normalidad radica en muchos más años atrás, donde comprarse un piso era un trabajo arduo, pero no una pena capital.
Lo que hay que hacer es dejar al mercado que se ajuste, y hacer entender a los vendedores que el chollo se acabó hace tiempo, y que el precio tiene que bajar en cifras de dos dígitos.
Que esto seguirá maltratando la situación financiera de muchos, pero nadie dijo que intentar vender pesetas por duros pudiera ser rentable.
Que para que un avión despegue primero tiene que aterrizar, y el día en que el sector de la vivienda se encuentre de verdad en su fondo económico, podrá volver a subir. Hasta entonces todo lo que se haga será marear la perdiz, perjudicar al conjunto por un deseo que no puede hacerse realidad, engañar a toda una sociedad para su propio beneficio.

Las malas practicas de una economía keynesiana.

Muchos de los que critican el argumento keynesiano a favor del gasto público lo hacen porque, según un esquema simplista del comportamiento de la economía, daría igual gastar dinero en construir guarderías públicas, viviendas, un centro de investigación celular o simplemente tener un montón de gente cavando un hoyo para luego taparlo.

Todo se basa en que se usa el dinero para mantener gente trabajando, es decir, se hace fluir el dinero de forma forzada, como cuando se empieza un montón de obras públicas para tener ocupados a un montón de obreros, obreros que al día siguiente irán a comprar y harán fluir su dinero.

Claro que hay una diferencia clara, como la hay en cualquier tipo de esfuerzo dinerario inicial o de corto plazo, y es que hay casos en los que lo que se construye reporta después un beneficio capaz de pagar (o devolver) el dinero inicialmente empleado, y hay casos en los que no, quedando un agujero bastante abultado.

Esto hay que tenerlo claro.

Las políticas de izquierdas se basan en la ayuda del estado al más perjudicado, y por tanto las políticas keynesianas son útiles. Se emplea dinero en potenciar aquellos sectores que, de no ser por la ayuda, caerían aun más, como puede ser el sector de la construcción o, más directamente el empleo.

El problema radica en que hemos basado todas nuestras ayudas en obras públicas, en el sector de la construcción (publica). La productividad es tan baja en el largo plazo que en realidad es casi como cavar un hoyo y volverlo a rellenar. En el proceso todo queda más bonito y se sustentan unos cuantos miles de empleo, pero claro, cuando uno va a hacer cuentas debe ser consciente de esto, porque sino podemos perder más dinero en el camino del que querríamos.

En este caso, el gobierno ha tenido que echarse atrás en numerosas obras públicas, como si de números o simples palabras se tratase. Proyectos de quita y pon. Y no importa las disculpas que se quieran dar, o el intento de comprender que hay que dar la vuelta a la tortilla porque no es eso lo que se discute, sino el hecho de no haber hecho un replanteamiento más sincero y organizado en un principio.

Por que las políticas keynesianas de manual son eso, políticas escritas en un manual. Son los economistas (y por ende los políticos) los que tienen que gestionar con mayor o menor acierto las posibilidades. En vez de eso lo primero que se hizo fue dar un montón de dinero a los bancos y un montón de dinero a los ayuntamientos. Comenzar un montón de obras públicas que ahora se paran, que costará relanzar.

La mala imagen que se da es clara. Si las obras eran importantes, ¿Por qué se paran? Si no lo eran, ¿Por qué se hacían?

Pues la única manera de hacer algo rentable es que de sus frutos, y sino cualquier cosa positiva que hayamos conseguido hasta ahora con estas obras se pierde con la necesidad de hacer ajustes monumentales. No se puede querer cambiar la estructura productiva, de la construcción al I+D, si tu mismo promueves la construcción sin mesura y bloqueas el I+D. Porque el gasto necesario es el mismo. Los empleos que se consiguen también son tangibles, y la productividad es mayor. ¿Cuál es el problema entonces? La política es política es política. Nadie quiere hacer en el corto plazo un proceso que se “vera” en el futuro. Los políticos necesitan vender. Y lo que más vende, donde más parece que se hace algo, es con las aceras levantadas y un cartel que ponga “Gobierno de España”.

Por eso la necesidad de una cierta autonomía en las comunidades autónomas es vital para el buen funcionamiento del sistema. Una cierto grado de independencia que potencia las ayudas necesarias para cada región y para cada necesidad, que miren verdaderamente por los problemas y soluciones que existen en las manos de los que sufren y deben mejorar.

Los hábitos saludables en la economía.

España es uno de los países con mayor consumo de cocaína, lo cual acarrea unos cuantos problemas que, de momento, no estoy viendo que nadie trate de solucionar en serio.

Estaba leyendo un libro en el que se daban datos bastante interesantes sobre la repercusión del alcoholismo en la economía rusa. En primer lugar, el efecto del alcohol afectaba a un 10% de la productividad, causaba miles de muertos e ingentes gastos en sanidad. Cuando intentaron solucionar el problema, basándose en la prohibición el efecto fue aun peor, ya que comenzaron a beber otras bebidas más fuertes, se incremento la presencia del mercado negro, el estado percibió muchos menos impuestos y el gasto fue mayor.

La primera regla que tenemos que entender es que NO se puede prohibir el consumo de nada. No se puede arrancar un árbol podando las ramas. Si la gente quiere consumir va a hacerlo. La sociedad tiene sus mecanismo para que alguien que dispone de un bien se lo ofrezca a quien lo quiere. La diferencia es que si lo hacemos ilegal, el bien se volverá más caro, más peligroso y menos seguro.
Si queremos erradicar un problema tenemos que ir a la base. Ya sea en las mafias de la prostitución, el tráfico de drogas etc, tenemos que ir a la base, a por las mafias. Prohibir acrecienta las mafias, las hace más fuertes (porque reciben la financiación, sin otra alternativa).

Por otra parte tenemos que ser conscientes del problema que acarrea para la sociedad en su conjunto. El consumo de drogas, lejos de ser un simple bien (o servicio) privado, genera una externalidad negativa para toda la sociedad. Hoy en día no podemos hablar de que exista un efecto enorme en la sociedad, pero si es cierto que no podemos dormirnos en los laureles. Muchos de los jóvenes que hoy en día consumen drogas tendrán o padecerán los efectos más nocivos en un futuro, y por ende, la sociedad en su conjunto.

Pero claro, aquí hay dos interrogantes que cada uno puede contestar de diferente manera. ¿No es acaso tan culpable el que vende como el que compra? (Yo creo que en muchos casos no). ¿Debe primar la imagen y el estado de la sociedad por encima de la persona individual? (Yo creo que no, pero eso no debe impedir que la sociedad en su conjunto luche por el bienestar personal).

Riqueza real y riqueza efectiva: La diferencia entre oriente y occidente.

La filosofía de vida se traduce no sólo en términos políticos o sociales sino también económicos. Con el despegar de China muchos nos mantenemos a la expectativa de la creciente potencia en su inapreciable movimiento hacía el resto de continentes.

Pero hay un cosa que nos diferencia del todo, una pequeña guerra fría económica que se está gestando hoy en día y que dará que hablar cada vez más. La globalización es el método por el cual un país tiende a adquirir por el comercio y la expansión social y cultural las formas de vida extranjera. Bajo esa suposición nos podemos preguntar, ¿Acabará en un futuro una forma de vida superponiéndose a la otra, o podrán mantenerse las dos? Y si una debe ser la única vencedora, ¿Cuál será?.

La diferencia radica en una primera división del método de uso del dinero, ya sea para consumir bienes en el corto plazo o ahorrar la capacidad adquisitiva para un futuro.

Las economías occidentales tenemos una gran proporción de consumo sobre ahorro. Somos más propicios a consumir y a ahorrar menos. Eso tiene dos consecuencias.

En primer lugar, tenemos una menor riqueza real, no guardamos mucho para el futuro. Por otro lado para seguir consumiendo pedimos prestado cada vez más, inventado dinero financiero para mantener nuestro nivel de vida. La conclusión es que llevamos un nivel de vida por encima de nuestras posibilidades. Llevamos un nivel de vida parecido al de los banco, que están continuamente endeudados, pero ganando dinero.

Esta realidad económica es muy propicia a los vaivenes, a los ciclos económicos, en tanto en cuanto una disminución de este nivel de vida, un traspiés, echa por tierra todo el castillo de naipes, para tener que volver a construirlo. Pero no todo es malo.

El hecho de estar continuamente endeudados también hace que las empresas vean un potencial en la demandada tal que poco a poco los procesos productivos van mejorándose. Existe un esfuerzo económico por avanzar poco a poco, y esto es potenciado por la sobrecapacidad.

Aunque existen ciclos, aunque estamos muy endeudados, no podemos negar que ha aumentado mucho nuestro nivel de vida.

Por otro lado, las economías orientales son más ahorradoras. Esto hace incrementar la riqueza real de estas potencias emergentes. Pero claro, su consumo es tan débil que sus empresas tampoco tienen un gran dinamismo. Es decir la riqueza no vuelve a la economía generando una mejora continua. En muchos casos se crean fondos de inversiones que van destinados al exterior. China y Japón son los grandes acreedores de Estados Unidos, siendo los que facilitan que occidente mantenga el modelo antes descrito.

Podemos decir, por tanto, que vivimos en el mundo de los excesos, en los extremos, en dos polos opuestos. Una parte se sustenta de la otra, pero no podemos hablar de simbiosis económica, porque la acumulación de riqueza real en los países orientales es cada vez más patente. No hay una retroalimentación que haga volver a la situación a un status quo.

El hecho de que una se sustente en la otra nos da pistas sobre el final de la historia. Ninguna puede ganar, ninguna puede vivir sin la otra. Sin embargo, tampoco pueden mantenerse así por siempre.

Una fusión es por tanto necesaria. Pero esto puede dejar entrever uno de los peligros de nuestra economía global, y es que la realidad puede ser más ficción de lo que pensamos, pues gran parte de nuestro sustento, nuestras bases, parten del aprovechamiento de otras economías. Ya sea por el aprovechamiento indiscriminado de recursos naturales o recursos humanos, está claro que una vez que la economía empiece a homogeneizarse no tendremos una economía más débil a la que explotar. Sí, nos quejamos de los chinos. Pero llevamos décadas viendo el “made in china” en una gran parte de nuestros productos, basados en mano de obra barata para poder se baratos.

No sólo “los chinos” querrán más de nuestros bienes, incrementando la demanda y los precios. Tampoco se dejaran explotar tan fácilmente, y sus sueldos tenderán a aumentar, incrementando aun más los precios de sus bienes. Finalmente despertaremos de nuestro sueño y viviremos en una economía real, donde, a pesar nuestro, tenemos una alta probabilidad de ir a peor.

Y el problema no es algo a solucionar. El problema es que hemos vivido durante mucho tiempo en una nube desde la que no hemos querido ver nuestro alrededor.

La diferencia de esta fusión, y con esto acabo, es que mientras las economías orientales van a acercarse a la nuestra y van a mejorar, queriendo hacerlo, la nuestra va a acercarse a la suya, por obligación.

Unas cuantas frases de Jaume Perich.

Estaba leyendo por Internet y he visto un par de frases de estas que quedan bien guardar para sacar a relucir alguna que otra vez que quería compartir.
– Un optimista es el que cree que todo tiene arreglo. Un pesimista es el que piensa lo mismo, pero sabe que nadie va a intentarlo.
Es una frase pesimista en si misma, lo cual le resta veracidad, pero me siento bastante identificado.
– Gracias a la libertad de expresión hoy ya es posible decir que un gobernante es un inútil sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco.
Esta es una de las cosas que más he intentado explicar. Hoy en día somos capaces de hacer manifestaciones y concentraciones, de llenar los periódicos de verdades y críticas feroces y razonadas. Somos libres de hablar. Pero al final, no sirve de nada. Algo estamos haciendo mal, pues la libertad de expresión sólo se usa como espejismo de libertad.
– Todo el mundo desea ser feliz, pero no que lo sea todo el mundo.
Otra pesimista, pero que encierra en gran parte una problemática humana. Nadie lo aceptará, y no todos somos así (yo al menos intento no incluirme), pero una parte del mundo (y a menudo los más poderosos) piensan así.
– La caridad es la única virtud que precisa de la injusticia.
Mención especial, y razón de este post. Muchas veces los liberales defienden que no hace falta el socialismo porque la caridad ya dará cuenta de un cierto reparto de la riqueza. No entienden, al menos no como yo, que el socialismo no quiere repartir la riqueza para hacer a los pobres más ricos por caridad, por pena, sino por que pensamos que, justamente (por justicia), nadie debería ser pobre, nadie lo merece. Y si existe caridad, si existe una necesidad de redistribución, es justamente porque previamente ha habido un fallo en el reparto de algo más etereo que el dinero, y a vecesmás dificil de conseguir: La justicia.

Zapatero sobrevive en un embiste descafeinado.

Parece que el titular sobre el debate del estado de la nación es que Zapatero aun vive, que aun respira de forma más o menos holgada en el panorama político. Una conclusión acertada, esperada, pero que sabe a poco.

Ha habido tres grandes áreas en este debate. El primero, el esperado combate entre presidente y líder de la oposición. Un combate aburrido porque deja entrever la danza política a la que estamos acostumbrados. Derechazo de uno. Parada tímida con la izquierda por parte de otro.
Zapatero no podía ganar. No puede hacerlo. Digamos que ha subido al rin con varios palos en el cuerpo, y Rajoy no ha sabido acertarle de lleno. La noticia es por tanto una derrota por parte de la oposición, no por haber perdido, lo cual en términos de palabras en un debate puede sonar a falsa conclusión, sino simplemente por no arrasar a un político que iba crecido.
Nada más productivo que decir aquí.

La segunda área de debate ha sido sobre la situación catalana. El PP se ha asustado (y con razón) al observar que el tema se desviaba por dicho camino. He leído que no lo tenían preparado, algo absurdo por otra parte. Un tema tan importante, debatido dentro y fuera del congreso, tan cercano en fecha y con una fuerza importante y con numerosas voces importantes en el congreso, caía por su propio pie que sería un tema de conversación, y un apoyo para el propio presidente, como así ha hecho.

En la tercera área, destaco la cordial discusión con CIU, que ha hablado de la situación económica y del país incluso más y mejor que la oposición. Y es en estos casos cuando uno se pregunta qué pasaría si políticos más o menos “normales”, es decir, con fuerza política, y con garra de atacar desde la cordialidad, la razón y el respeto, estuvieran en las filas de la oposición. A veces es un alivio que su chiringuito político no sea más que un recurso más para seguir vivos. A veces uno se alegra de que Rajoy no sea más que un títere mal dirigido, porque sino la izquierda,  podría tener en estos momentos más problemas de los que tiene. Gracias a Dios, la derecha tampoco sabe modernizarse como debe, y por tanto seguimos como estamos.

Donde Zapatero se ha dejado caer más es cuando le hemos visto tener que justificarse ante la izquierda, como si fuera del lado contrario del rin al que “presuntamente” se intenta combatir. En algunos momentos (a Izquierda Unida sobre todo), lo he llegado a ver poco respetuoso, como hablando para tontos. Esta bien que se explique de manera clara para el público, pero no diciendo cosas que todo el mundo sabe como si Llamazares fuera un novato en tema económicos. Dejaba de lado las alternativas propuestas desde la izquierda y los errores cometidos por su gobierno (perder el impuesto de patrimonio, mala gestión impositiva…).
Rosa Diez ha salido a decir su programa político: España, España, España, usted es un mal político. Lo que menos me gusta es que es una incitadora del cabreo. Pues su único futuro pasa por hacer “despertar” a miembros de otros partidos del cabreo con sus dirigentes. No tiene un sector nuevo de población, tiene que robarlo. Su discurso de sensatez y democracia pulcra desaparece cuando son sus intereses los que se anteponen a la razón política.

Para envolverlo todo con el área política, solo cabe destacar la ausencia de una gran mayoría de los diputados. Una de las imágenes más deplorables de la situación política actual. Pero por encima de todo, no es sólo que faltaran algunos diputados. ¡Es que faltaba el líder de la oposición! ¿Cómo alguien va a ser líder de la oposición si no escucha lo que sus contrincantes tienen que decir? A base de discursos escritos sin ninguna idea nueva. A base de una continua repetición de si mismo. La base de una caricatura de lo que quiere y no puede conseguir, vapulear a un presidente en sus horas más bajas.

¿Podemos cambiar el mundo?

<<…los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo>>

Estas palabras de Marx son las que difieren en gran medida su visión histórica, económica y sociológica de la ortodoxia en las ciencias sociales.
La preocupación no se deriva solamente del entendimiento de la realidad social como si de meros espectadores se tratase, el objetivo no puede centrarse en el conocimiento, debe enfocarse en la acción.

Utilizamos la física para mejorar cientos de aspectos de nuestra vida diaria, la mejora tecnológica, y por ende también la productividad, se basa en la generación continua de nuevos descubrimientos, y en la aplicación práctica de estos últimos tanto en bienes de consumo, como de producción.
La medicina y biología utilizan el conocimiento para mejorar las condiciones de vida, sanitarias, y de recuperación, tanto de nuestro propio cuerpo como de los sistemas vivos del planeta. Otros objetivos más perversos se ceban tanto como con especies como con áreas geográficas, bosques, canteras. Aquí el conocimiento no nos sirve en todos los casos para mejorar, porque actuamos como ciegos ante el peligro inminente.

Como ejemplos rápidos creo que cumplen perfectamente. En contrapunto, ¿Qué pasa con las ciencias sociales? La sociología, pero también la economía, que podrían o deberían servirnos para mejorar (y no sólo para estudiar como mejora por si sola).
El conocimiento sirve, por supuesto, aunque haya gente que lo dude. Los políticos por ejemplo utilizan más teoría social y psicológica de la que podríamos creer para llevarnos a su terreno. La ciencia económica ha permitido que la crisis actual no sea comparable a la de los años 30 (por mucho que bastantes autores sigan comparándolas).
Pero aun así no se ve ningún atisbo de intento de mejora de la sociad por parte y ayuda de estas ciencias sociales. Y si se intenta, como en el caso de la otras ciencias naturales, son calladas o minimizadas por otros objetivos.

¿Debemos cambiar nuestro mundo? ¿Creemos que podemos hacerlo? ¿Nos dejaran hacerlo?

Crises of Capitalism

Un curioso video (en ingles), de la mano de David Harvey y Conginitve media.