Pronósticos, predicciones y adivinos.

A los economistas se nos achacan varias cosas. Entre ellas que no podemos predecir el futuro, y que solo sabemos explicar el pasado.

Bueno, ¿y qué? Los médicos no pueden predecir cuando alguien va a enfermar, los bomberos no pueden predecir cuando un fuego se va a prender, los policías no pueden atrapar al ladrón antes de haber robado… es decir, es normal que nadie puede predecir los movimientos económicos.

La función de los economistas es entender el funcionamiento y los patrones de la economía, intuir cuales son los problemas y las posibles soluciones de cada economía, y entender las razones por las que estamos en cada situación, (bueno, y muchas cosas más, pero me refiero a las cuestiones más “de calle”).

El problema no es tanto en si de los economistas si no de los intelectuales y las organizaciones.

Me explico. Adivinos hay en todos los lados. Desde políticos, hasta climatólogos, hasta economistas. Cuando una persona va a predecir algo lo hace sobre lo que entiende. Los economistas predecirán economía. Y puesto que la economía es algo tan importante para los ciudadanos, es normal que todo el mundo quiera escucharle y darle más importancia de la que tiene.

Luego cuando se equivoca, la culpa no es de el, sino del colectivo, que peyorativamente se nos trata de iguales. (Bueno, hay gente que incluso nos llama a todos “capitalistas”).

Por otro lado las organizaciones también tienen su servicio de estudios, y sus formulas y sus métodos para predecir la economía.

Y no crean mal, yo estoy a favor de las predicciones, por que como científicos debemos ser capaces de saber más o menos que va a pasar, pero no al detalle.

Un físico te dirá que si haces un agujero en el fondo de un vaso lleno de agua esta saldrá por ahí. Ahora bien, si marcas 10 átomos no esperes predecir cual saldrá primero es estúpido.

Lo que quiero decir es que la predicción llega hasta un nivel, y se va perfeccionando, pero no podemos cubrir más de lo que puede la mano.

Por eso, todas las predicciones sobre el crecimiento en 2012, del no se cuantos por ciento, aquí y en la china, me parecen de un absurdo terrible. Intuir el crecimiento de 2010, y la directrices de 2011 es posible. Intuir la directrices de 2012 es difícil, y el crecimiento ya en números algo imposible.

Luego pasa lo que pasa. Vemos como mes a mes van corrigiendo todos los datos porque hay nueva información.

¿Cómo no va a haber nueva información? En serio.

El coltan en nuestro patrón de consumo.

Recientemente estuve viendo un documental de unos franceses que fueron hasta el Congo para dar un poco de luz sobre la situación de las guerrillas, el empobrecimiento en general y, sobre todo, el efecto del coltan en el país.

Para entender porqué nuestro patrón de consumo, el camino que dirige los productos desde la fábrica que los produce hasta nuestras manos, acaba donde quiero que acabe, tenemos que empezar de atrás adelante.

Los móviles forman parte de nuestra vida diaria, así como cualquier elemento electrónico, informático, nuestra forma de vida occidental (la cual hoy no voy a endemoniar) nos “obliga” a tener ciertas responsabilidades para con nuestros respectivos congéneres. En general, todos tenemos que llevar reloj para saber que hora es, por ejemplo. Los móviles se han convertido en una extensión más de lo que “entendemos” por normal. Dicho con pocas palabras, es raro que alguien no tenga móvil, y ni nos planteamos de donde viene, nos enfurecemos si es muy caro, por que no lo vemos como un lujo.

La mayoría de estos móviles se fabrican en china, como casi cualquier cosa hoy en día. Los diseños, el marketing, los accionistas y la mayoría del dinero se queda en tierra occidental, pues nos aprovechamos de una condiciones salariales y de vida muy inferiores como son las asiáticas, competitivamente a años luz de la mano de obra occidental.

Las fábricas chinas le compran las materias primas a otras empresas, muchas de ellas occidentales, que a su vez se las compran a otros países también empobrecidos, como África. Es decir, compramos materias primas baratas, se las vendemos a los chinos, les compraos los productos (también baratos) y luego se lo vendemos a los occidentales.

De estas materias primas, una indispensable es el coltan. Creo que ya he hablado alguna vez de el por aquí.

El documental “Coltan, comercio sangriento (Sangre en nuestros móviles)” (creo que se llama así), muestra una realidad de la que no queremos ser conscientes. El poco dinero que llega a los proveedores de estas materias primas se dividen entre la financiación de armas de los rebeldes y los trabajadores, niños casi esclavizados que incluso son extorsionados y robados por el camino.

Es decir, nuestro patrón de consumo está financiando las muertes de muchas personas en países de los que no queremos ni oír hablar.

Uno de los problemas es que pensamos “eso es problema de los proveedores, que les prohíban financiar a los rebeldes y guerrillas”. Pero la situación es tan dramática y tan lejana que pensamos que todo puede solucionarse en forma de ley.

Naciones Unidas publicó una lista con las empresas que compraban en estos países y financiaban los ejércitos, ¿y qué paso? Nada. Nadie sabe más de ello. Las empresas siguen en activo y comprando.

La realidad es que nuestra forma de consumir, nuestra forma de vida, consciente o no, se aprovecha de cientos de situaciones de este tipo. Nos aprovechamos de la competitividad de otros países como forma de expresar sus malas condiciones de vida y trabajo. Y no sólo es que sus economía estén mal desarrolladas, es que las nuestras lo están por encima de lo que deberían, y deberían estarlo (por lo menos) en la forma en que no nos aprovecháramos de los países más pobres.

El problema de fondo es tal que, aun sabiéndolo, aun leyendo y viendo documentales, uno no deja de coger el móvil y hacer una llamada.

Y aquí llega el ajuste.

Sólo quería puntualizar la entrada de esta mañana con las buenas nuevas, el reajuste de la sobrereacción de los mercados.

Como decía, tras los vientos aciagos de la semana pasada y la dorada puntilla final el diferencial del bono alemán y español se había recortado en el corto y largo plazo y aumentado en el medio. Era de suponer que las cosas, con la calma del lunes, comenzaran a reajustarse antes de comenzar a moverse hacia ningún lado.

Hoy mismo el diferencial corto y largo plazo ha aumentado mientras que el de medio plazo ha disminuido, de forma que todo el espectro ha quedado por debajo de la curva que encontrábamos la semana pasada.

Prometo que dejaré de utilizar este blog para comentar cada cambio en las cotizaciones de acciones, intereses de deuda y derivados, por que cada cambio conlleva toda una explicación (o no) detrás y esto sería algo muy diferente. Pero de vez en cuando es interesante.

Evolución del diferencial del bono español.

Hace unas semanas nos levantábamos con la noticia de una pequeña mejora en los intereses a pagar por la deuda española. Nuestra esperanza era ver si era un síntoma de mejoría o un simple espejismo, un brote verde entre tanta número rojo.

Sin embargo, no duro mucho tiempo porque muchos periódicos se hicieron eco de la noticia, injustificada y ya comentada, de los rumores previamente autoinventados de la no solvencia del estado Español, lo cual tendió a hacer crecer aun más los intereses.

Claro que esto hizo detonar tanto a Bruselas como al propio Zapatero, que finalmente atacaron con la verdad por delante, los stres-test de los bancos, de los cuales se sacaba en claro que dos bancos españoles eran los más solventes de Europa, y noticias continuas por parte de Bruselas que atajaron de golpe cualquier rumor con un sonado “son las diez y media de la mañana y no hay crisis”.

Todos esperábamos, por tanto, que este lunes el diferencial de deuda bajara, y así ha sido.

La deuda a cualquier año ha recogido un descenso de hasta un 14% en los de más corto plazo.

Y como puse la semana pasada, aquí está la curva de la diferencias de rendimientos entre el bono alemán y el español.

Vemos la mejora tanto en el corto plazo como en el largo, pero ha seguido empeorando en el medio plazo, 10 y 15 años, sobre todo por la semana pasada que se cebó tras todos los rumores.

Así que la pregunta ahora es, de nuevo, ¿Seguirá bajando el diferencial, la prima de riesgo, o esto no ha sido más que un espejismo? ¿Atacarán los periódicos alemanes y británicos de nuevo?

¿Le damos la vuelta al mundo?

Hay días que parece que el mundo se da la vuelta. Lo importante entonces es ver si es todo real o es un simple espejismo.

En primer lugar, España ha hecho ya todos los esfuerzos posibles para desquitarse las malas e injustificadas críticas por parte de ciertos organismos internacionales. Desde el anuncio del FMI, la publicación de los stress-test y la reforma laboral, junto con el recorte anunciado hace tiempo, nos pone en una perspectiva de cara a la recolección de deuda, y ajuste financiero mucho más favorable que hace unas semanas.

Pero, aunque muchas personas siguen defendiendo que la verdadera crisis está a punto de comenzar (tesis que no comparto), lo cierto es que muchas de las razones por las que debería agravarse se han ido por tierra. O no. Esta semana veremos si la prima de riesgo baja o ha sido todo un simple espejismo, y los mercados siguen desconfiando de España, o jugando al dinero fácil con ella.

En todo caso, el verdadero problema de España sigue ahí.

Por otro lado, se despierta la idea de que China va a dejar fluctuar su moneda. Un poco. Lo mínimo, pero lo suficiente como para que China parezca más integrada. No le va a venir bien. Cualquier apreciación de su moneda va a debilitar gravemente su potencia exportadora, pero lo más seguro es que quieran realizar una reestructuración de sus reservas. Ahora mismo una compra constante de euros por dólares por parte de China podría dar la vuelta a la tortilla al tipo de cambio.

Las empresas no desean despedir. No es su objetivo.

El mercado laboral es bastante complicado de estudiar, porque engloba el factor humano por mucho, y es que por mucho que sigamos llamándolo factor trabajo o capital humano, el ser humano, la persona, está detrás. Así que cualquier cosa que se diga o se haga tiene una sensibilidad no sólo en el mercado en si, sino en la propia consciencia de la sociedad.

Cuando se habla del coste de despido hay dos cosas que suelen ir asociadas cuando se intenta argumentar a favor o en contra. En primer lugar, que una menos indemnización incentiva la contratación, y en segundo que incentiva el despido.

Obviamente, las dos tienen razón. Podemos ver el caso de EEUU donde tiene unos costes menores, donde ser despedido es más fácil, pero donde encontrar trabajo también lo es (estadísticamente), ahora bien, la seguridad inherente al propio sistema de trabajo no es la misma.

Pero al margen yo quería hablar de otra cosa. Soy bastante crítico con el argumento de que disminuir la indemnización incentiva la contratación. En todo caso iguala las dos opciones, y la temporal se ve menos favorecida, y dado el panorama que tenemos con los temporales, el que una empresa se decida a hacerte fijo es algo realmente positivo. Sin embargo tampoco estoy del todo de acuerdo en que potencia los despidos, en todo caso los despidos improcedentes.

Y leyendo por foros, o escuchando a personas parece como si abaratar el despido fuese a dar vía libre a los empresarios a deshacerse de todos los trabajadores.

En primer lugar, hemos asistido a un despido masivo de trabajadores, más de dos millones en plena crisis, con un despido mucho más caro que en el resto de Europa. Es decir, ni es una barrera cuando es alta, ni será una barra libre cuando sea bajo.

Más aun, la gente no parece entender que para una empresa cuantos más trabajadores tenga mejor.

Es como al pagar los impuestos. Yo preferiría, y seguro que ustedes también, estar en el tramo del 43% del IRPF y pagar más impuestos de los que pago ahora, por que ello incluiría el hecho de que estoy cobrando más.

De igual forma, cualquier empresa preferiría ser una multinacional con 10.000 trabajadores, pero claro, esto no es posible, igual que no es posible que yo gane tanto como para pagar el 43% de impuestos.

Con esto quiero decir, que el objetivo de las empresas es crecer, y crecer aumentando su tamaño y el número de empleados. El despido es un método de ajuste, y debe garantizar la seguridad económica de los trabajadores, pero no es nunca le objetivo de nadie.

El diseño parte del conocimiento.

Para diseñar cualquier política, cualquier ley, cualquier cerco, hay que saber y conocer primero aquello que queremos cercar, entender los problemas desde la base, con experiencia real de lo que sucede en la calle. Los políticos, muchas veces, adolecen de ello.

He leído que no se puede hacer una ley pensando en los que ya van a quebrantarla, pero no le veo sentido. La ley, o las reformas, se piensan exactamente para aquellos problemas que la sociedad tiene, el que se la salten a la torera es un problema más que hay que atajar haciendo bien las cosas. La reforma laboral no está bien hecha.

Quitando los 33 días por despido, algo lógico y que no voy a entrar a criticar, hay dos ideas principales que deberían ser cambiados de arriba abajo.

1º: Temporalidad. Según la nueva norma, no se podrá contratar de forma seguida a un trabajador con contratos temporales. Es decir, no puedes contratarlo, echarlo y volverlo a contratar. La idea es que así las empresas hagan a los trabajadores fijos, sin darse cuenta de que el problema de España en la temporalidad persistirá. Cuando se acabe el contrato temporal se contrata a otro y en paz.

En trabajos productivos esto no tiene sentido, pero España, con un modelo productivo de poca cualificación, lleno de intermediarios y trabajos poco productivos, el cambiar rápidamente de trabajador es algo que puede absorber perfectamente.

Lo que se debería hacer es regular los contratos temporales de forma que no pudieran ajustarse a según que trabajos. Si el trabajo es algo normal dentro de la empresa, periodo de prueba de un mes, y contrato fijo. Si el trabajo tiene sus peculiaridades estacionales, estoy seguro de que algún artículo puede exonerar a la empresa.

2º: Despidos objetivos. El despido objetivo es una necesidad. Una empresa no es una ONG, es un lugar con sus riesgos y por tanto debe tener sus facilidades. Ahora bien, chanchullos de perdidas de seis meses o tonterías así no tienen ningún sentido. La creatividad contable o la imaginación financiera puede permitir tener perdidas durante un periodo de tiempo y ganancias en el siguiente. Eso no indica que la empresa vaya mal.

El gran problema de España es que necesitamos más control, me refiero, más asesores, más jurisprudencia, más inspectores, etc. Pero para todo ello se necesita mucha más rapidez en la resolución de los casos.

La productividad, de nuevo, sale a la zaga de los problemas en el modelo productivo.

El valor de lo pequeño.

Muchas veces oímos eso de: ¿Qué puedo hacer yo para mejorar el mundo?

Esta frase, que seguirá con nosotros hasta siempre, refleja bastante bien el papel actual del ser humano en el medio. Inconscientes de nuestro poder seguimos planteándonos nuestro lugar y nuestra forma de actuar para con el mundo, por la sencilla razón de que no podemos ver el valor de las pequeñas cosas.

Igual que en la democracia, tampoco sabemos muchas veces cuanto vale un sólo voto. ¿Qué diferencia puede hacer mi voto toda España?

El problema está en que no es la actuación, no es la acción lo que da valor, pues es tan insignificante con respecto al resto que apenas se puede notar.

Son las ideas las que crean estas acciones y las que las motivan en agregados que pueden, realmente, tener efectos globales y de largo plazo.

No es el hecho de que yo recicle (acción) la que va a mejorar el mundo. Es la idea de que es necesario reciclar, la que, si la tenemos todos, hará mejorar el mundo.

La idea es libre, se expande fácilmente y casi sin ningún tipo de barreras, excepto las creadas por las ideas preconcebidas.

Una idea vale por cientos de miles de acciones, que ya no deberán ser guiadas por el pensamiento como cuando intentamos respirar por nosotros mismos, sino que serán guiadas por el razonamiento innato de lo que ya prevemos como “normal”.

La clave, por tanto, está en vender las ideas. Venderlas para que formen parte de nosotros, y no sólo de forma pasajera.

Muchas veces se dice que hay que cambiar el sistema económico, pero nos olvidamos de que no puede cambiarse del todo si no es el conjunto de las personas quienes lo hacen. A base de norma y ley se consiguen barreras que incitan al parkour normativo y sistemático.

Debemos cambiar la base, la forma por la que intentamos entender las ideas.

Cuando el río suena, agua lleva… o no.

Los periódicos internacionales siguen jugando al despiste con España.

Bruselas ya está cansada, al igual que España, de las especulaciones diarias de los mismos interesados.

Y es que esto parece cada vez más a uno de esos juegos de “teoría de juegos”, en los que se pone de manifiesto como si cada una vacía su propio interés, no siempre se consigue el mejor resultado.

Obviamente Alemania le viene bien aumentar el tipo de interés de los bonos, más intereses que cobrará, y cuanta más y peor se hable de España menos ojos se posarán sobre su propia economía, quien hace poco anunciaba un recorte record (parece que Zapatero ha puesto algo de moda en toda Europa).

Reino Unido y Francia se sumaban a la hora de hacer recortes, eso si, faraónicos. Programar el dinero que te vas a ahorrar en el año 2013 es estúpido sin saber ni siquiera como va a ir la economía en dicho año. Las previsiones, hemos podido confirmarlo todos, no son una buena estrategia con la que jugar, sobre todo cuando una décima de error puede llevar asociada varios millones de euros en ingresos y gastos.

Pero aun así hacemos la publicidad de la austeridad y la estabilidad sobre una economía deprimida, e intentamos sacar tajada de todo lo que podamos y España, tenemos que reconocerlo, está siendo un lindo corderito a la deriva y con la pata bien jodida.

Juegan al borde del precipicio del euro. Siendo la potencia que lo domina, Alemania se lo puede permitir, pero como unión es bastante ilógico hacerlo, ya que se está perjudicando el corazón de una Europa cada vez más desunida y eso a largo plazo nos perjudica a todos.

Curva del diferencial del bono español.

Como decía el otro día, estamos todo el día mirando hacia los mercados para ver cualquier rastro de mejora o empeoramiento financiero. Es un tema delicado muy dado a las expectativas y el miedo, el riesgo, y hoy en día es necesario conseguir volver a un estado de tranquilidad antes de poder pensar en la recuperación.

El precio al que metamos la deuda española en el mercado nos atañe por dos vías. En primer lugar el rendimiento de más que deberemos pagar pasado el vencimiento, y en segundo la imagen que damos al exterior, de pais-riesgo o pais-tranquilo.

El problema es que, de nuevo, nos topamos con incentivos explosivos. El hecho de que suba el diferencial es ya de por si una razón para que los compradores de deuda se sientan más inseguras y pidan aun más rentabilidad.

Llegados a este punto, el riesgo, medido a través del diferencial del bono español a 10 años con respecto al alemán, puede variar positiva o negativamente, lo cual afectará a las bolsas y a las futuras interacciones.

Aquí podemos ver el gráfico con las diferentes primas de riesgo, variando con los años.

Lo primero que observamos es que, a diferencia de la curva de rendimientos (que ahora mismo es siempre creciente), esta traza una curva más o menos convexa. Esto se explica porque en Alemania se espera un crecimiento de los rendimientos de aquí a 10 años que iría convergiendo con los españoles, y un estancamiento del rendimiento entre los 15-30 años.

Es decir, que en el corto plazo, España está peor que Alemania. Se espera que en el medio plazo estas diferencias se reduzcan, aunque a largo plazo, el riesgo de España sigue siendo mucho mayor y pesa en el diferencial.

Veremos como va cambiando.