Robert Aumann: Los rescates son una mala idea.

Al leer la noticia pensaba que el Nobel haría una disertación algo más profunda sobre el tema, por que la verdad es que el argumento es poco menos que simplista.

Y no lo digo por que sea erróneo, sino todo lo contrario. Que a estas alturas, ElEconomista publique una noticia sobre que un Nobel habla sobre los incentivos perversos de las ayudas es, cuanto menos, tardío.

Cualquier tipo de ayuda social va a introducir ciertos incentivos perversos, por que casi cualquier actuación pública va a afectar a la eficiencia del mercado (adalid del comportamiento perfecto del sistema de mercado).

Es cierto, como tenemos seguridad social, no ahorramos para cuestiones médicas. Como tenemos educación gratuita, no ahorramos para proveernos de ella. Cualquier tipo de ayuda frente a una eventualidad aporta incentivos a ser más descuidados con la propia renta futura, pero ¿Es esto puramente cierto?

Por mucho que una empresa tenga un soporte para amortiguar la caída, dudo mucho que salte deliberadamente al vacío. Y si salta, será por otros motivos.

Vamos, que en plena competencia, nadie quiere ser el que apura beneficios gracias a las ayudas públicas.

Y de hecho, el dinero destinado a crear fondos para eventualidades de la propia empresa no desaparecen. En vez de irse a inversiones con el mismo tipo de riesgo que la propia empresa, van a parar al estado que, mientras no pase nada, provee de bienes y servicios públicos.

Es decir, que las propias ayudas, obviamente, vienen originadas por los impuestos pagados previamente por la sociedad. Todos en conjunto creamos la colchoneta gigante sobre la que caer en caso de apuro.

¿Incentivos? si. ¿Problemáticos? con reservas.

De todas formas, las ayudas sociales no son algo justificable desde la óptica de la eficiencia del mercado. La gente sigue atacando siempre desde ahí, cuando, la provisión de bienes públicos, y ayudas públicas son siempre un fin (el fin de alcanzar un estado de bienestar), no un medio. Y tachar como de “mala idea” una política social que intenta suavizar la crisis, me parece (de nuevo), cuanto menos, extremista y de aprendiz.